La oportunidad de un nuevo milagro mexicano se ha presentado con el nombre de nearshoring o relocalización de diferentes industrias a territorio mexicano, considerando la cercanía con el mercado americano, así como la posición geográfica privilegiada que conecta fácilmente a México con diferentes rutas comerciales hacia Europa, Latinoamérica e incluso Asia.

No obstante, para poder aprovechar esta oportunidad, México requiere de una planeación estratégica de mediano y largo plazo, así como de la ejecución de diversos proyectos que aceleren el desarrollo de infraestructura energética y logística para facilitar la captación de estas inversiones.

En el sector Energético, la apuesta deberá tener 2 dimensiones principales: la descarbonización del suministro eléctrico y el desarrollo de toda la infraestructura energética que permita llevar esa energía baja en emisiones hasta los centros de consumo, a precios competitivos y volúmenes suficientes para permitir el crecimiento sostenido de las diferentes industrias a relocalizarse en el país.

En términos de descarbonización, México tiene la meta de generar el 35% de su energía con fuentes limpias al 2024, lo cual representa una oportunidad de inversión tanto para las empresas del Estado como para la iniciativa privada, para apostar por las energías renovables para ampliar la oferta energética del país, así como para sustituir fuentes de energía contaminante.

De acuerdo con su última Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) presentada en la COP 27 de 2022, México debería de añadir a su matriz 40,000 Mega Watts de energía limpia a través de mecanismos de cooperación internacional. Considerando el vasto potencial renovable del país, estos 40,000 Mega Watts podrían ayudar a diversificar la matriz eléctrica con plantas solares, eólicas, geotérmicas e incluso de biomasa. Adicionalmente, la demanda de energía renovable se ha colocado como uno de los criterios de mayor peso en la selección del suministro eléctrico por parte de la industria, al ser uno de los principales medios para descarbonizar sus operaciones. Por lo cual, México deberá adoptar las medidas necesarias para asegurar la oferta de energía renovable en el corto plazo y así poder atender estos requerimientos y el crecimiento sostenido del sector industrial.

Por otro lado, se encuentra la necesidad de reforzar las redes de transmisión y distribución para asegurar que la energía de nuevos proyectos de generación, lleguen a los nuevos centros de consumo resultado del nearshoring. Este es uno de los retos más importantes y urgentes en términos de infraestructura energética. En los últimos años, las redes de distribución eléctricas han crecido menos del 1% anual, lo que ha provocado saturación de la infraestructura y congestión en las líneas de transmisión. Sin embargo, recientemente la CFE ha anunciado importantes ampliaciones y refuerzos a la red para facilitar la integración de sus nuevos proyectos de generación.

Ante la reducida inversión por parte de la CFE en las redes, la industria y el sector servicios, han sido los principales aliados de CFE para reforzar y ampliar la red de distribución en aquellos polos de desarrollo en donde se detectan las necesidades de inversión. Sin embargo, para poder hacer frente al crecimiento que se detonaría con el nearshoring, México requiere de un plan estratégico para acelerar el desarrollo de los proyectos de redes instruidos por la SENER y de una estrecha colaboración entre la iniciativa privada y las empresas productivas del Estado para ejecutar un despliegue de proyectos de generación y de transmisión a lo largo y ancho de todo país y por supuesto en el menor tiempo posible, enfocados a canalizar la inversión y oportunidades de este nuevo milagro mexicano.